“Muchos gobiernos se llenaron la boca con que Malvinas nos une y nunca mostraron esa unión. Desde ahí construimos nosotros”

“Necesitamos recuperar la integridad y la confianza en las Fuerzas Armadas, en las fuerzas de seguridad y en la educación. Creo que esa batalla cultural empezó a engendrarse con cimientos y con fundamentos”

“En Malvinas se desplegaron los valores más genuinos y humanos que tiene un ser humano en situaciones límites”

“Malvinas fue amor genuino entre pares: mi sargento, mi teniente y sobre todo mis compañeros”

“Teníamos fe en poder respirar un día más. A 2000 kilómetros, la familia estaba presente en esa trinchera”

“Cuando vos transmitís todas las experiencias extremas de la guerra y la transpolás a los chicos en las escuelas, que también tienen sus propias batallas, sembramos en ellos la idea de que es lo mismo”

“Podemos reconstruir nuestra nación, pero primero tenemos que construirnos internamente”

“Lo primero que recuerdo son los abrazos”

“Digo gracias a Dios por permitirme discernir lo cruel de la batalla y de enterrar a un compañero del amor que se vivió en cada instante”

“Cuando en la tele salió que los soldados teníamos que volver, volvimos en el 90% de las unidades del país”

“En la mayoría de las unidades, el soldado tuvo la opción de elegir si ir o no”

“Yo fui por mis compañeros. El servicio militar me forjó un equipo de amistades y teníamos que estar todos juntos, sea cual fuere la situación que nos tocara vivir”
“Hasta los 30 años no podía decir que era veterano de guerra porque no me daban trabajo. Éramos los locos, las víctimas de la dictadura, los pobrecitos que mandó un borracho”

“Estuvimos muy cerca de generar que la OTAN tuviera que buscar refuerzos para pelear contra un grupo de argentinos”

“Cuando entendés que Malvinas no es la guerra, sino el futuro, el abrazo de ayer y el lugar de privilegio que tuvieron por primera vez en la historia los familiares de nuestros héroes caídos en el campo de batalla nos hace decir ‘tenemos que volver a juntarnos como patriotas’”

“No somos ‘ex-combatientes’, esa es una frase desmalvinizadora”

“Nos sentimos más invisibilizados durante los primeros 10 años después de la guerra. Hubo un récord de suicidios muy importante, no teníamos cómo contenernos”

“Cuando empezó a constituirse el centro de veteranos de guerra, empecé a encontrar otras historias y todos coincidian en que estaban orgullosos. Ahí empezamos a construirnos como ciudadanos, a marchar y a generar nuestros derechos”

“Lo único que queríamos era dignidad, que es vivienda, trabajo y salud”

“Malvinas va más allá del color político y de las situaciones económica y cultural. Es un horizonte a seguir como la sociedad”

“Yo iba a escuelas en barrios carenciados y decía ‘¿qué les voy a contar de mi guerra, si ellos tienen su propia guerra día a día?’”

“Empezamos a cambiar un poco el relato con los veteranos. No somos nosotros los protagonistas, tuvimos una experiencia de vida que cada uno asimiló como pudo”

“Tengo una nieta de dos años. Si yo no siembro mi historia en el corazón de los maestros que le van a enseñar, en la policía que la va a cuidar o en los políticos, ¿adónde lo voy a hacer?”

“Cuando le das sentido al haber estado en un lugar durísimo, empezás a generar nuevamente tu armonía interna”

“Necesitamos que la gente nos pregunte, porque necesitamos que el país cambie de la tristeza y la angustia de que un chico dibuje un muerto o una cruz para representar la guerra a que dibuje una flor que sale de un cañón y un soldado sonriendo. Eso es lo que es Malvinas”