Fernando Soto: “El juicio en ausencia tiene muchas ventajas y garantías”

Hablamos con Fernando Soto, Director nacional de Normativa y Enlace Judicial del Ministerio de Seguridad de la Nación, sobre el proyecto que permitiría juzgar en ausencia a un imputado prófugo de la Justicia y acerca del que propone bajar la edad de imputabilidad.

 

“El juicio en ausencia no se va a aplicar sólo en el caso de la AMIA, sino también en casos de desaparición forzada, crímenes de guerra y todos los homicidios que tengan el agravante de terrorismo”

“Tiene muchas ventajas y garantías y se aplica en muchos países del mundo”

“El juicio en ausencia permite juzgar a una persona con la presencia de un defensor. El juicio se hace con todas las garantías, se filma y se preservan las pruebas”

“Si después del juicio se probara que la persona no se enteró de que estaba prófuga o no pudo presentarse por una situación de excepción, podría anularse” 

“La Corte Suprema y la Corte interamericana de Derechos Humanos declararon que el juicio en ausencia es constitucional”

“Hay un sector político que apoya a la expresidenta Cristina Kirchner que se opone ideológicamente al juicio en ausencia”

“Desde el punto de vista jurídico y técnico, tiene la aprobación de todos los sectores”

“El proyecto ingresará al Congreso la semana que viene, en la Comisión de Legislación Penal. Se debatirá en el recinto antes de fin de año”

“El proyecto por la baja de la edad de imputabilidad está más avanzado, se está mandando al Congreso hoy o mañana”

“Es una ley muy importante, porque hay menores de edad involucrados en los casos de todos los días”

“Va a haber un régimen diferenciado, no va a haber automáticamente cárcel para un menor ni tampoco automática impunidad. Se le va a dar al juez la posibilidad de aplicar medidas alternativas en delitos que no sean gravísimos. Siempre va a tener que cuidar al menor”

“En la ley de menores incluimos un título especial donde se prevé específicamente que el juez debe velar por los derechos de la víctima”

“La verdadera protagonista, que nunca quiso serlo, es la víctima. Esto es un cambio cultural, el centro del proceso va a pasar a ser la víctima y no el imputado”