“Lo que denominamos ojeada es la acción de una persona de influir energéticamente sobre nosotros que se hace necesariamente a través de los ojos”
“Todos tenemos la capacidad de ser ojeados porque somos energías”
“Podemos ser ojeados con mala intención o porque contar una situación despierta algún tipo emoción en alguien, negativa o no”
“Por ejemplo, le podés estar contando a alguien sobre una situación de éxito y de crecimiento y el otro conecta automáticamente con su incapacidad de poder vivirla”
“El ojeo y la envidia inciden siempre sobre las personas con menor capacidad de protección, las más sugestionables”
“El ojeo, sea porque alguien te está influyendo energéticamente para mal o desde el anhelo imposible de vivir la misma experiencia, genera los mismos síntomas”
“Hay una frase para protegerse del ojeo, ‘apopantos kako daimonos’, que tiene un origen egipcio y corta cualquier influencia de energía externa a nosotros”
“La frase está acompañada de dos movimientos. La podemos acompañar con el movimiento de la lengua desde el ángulo superior izquierdo hasta el ángulo inferior derecho de la boca, como una espada que corta. Si no, se puede hacer desde el hombro izquierdo hasta la ingle derecha”
“Los curanderos que curan el ojeo y el empacho tienen una sensibilidad y van pasando el ritual a través de las generaciones”
“Un ritual es hacer tres series de tres cruces en la frente con el dedo índice y el dedo mayor mientras se repite ‘dos ojos me han ojeado, tres ojos me han sanado’”
“Los síntomas que podemos tener son bostezos, dolor de cabeza, percibir una gran presión donde se ubica nuestro ‘tercer ojo’ y tener el estómago revuelto”
“Para prevenir el ojeo, siempre podemos usar el símbolo de alguna deidad con la que nosotros conectemos o colocar una cinta roja en nuestra muñeca o nuestro tobillo izquierdo”
“La cinta roja tiene que estar en el lado izquierdo de nuestro cuerpo, porque es por donde entra la energía”