“El precio de la carne tiene un 50% de atraso respecto al Índice de Precios al Consumidor, pero plantear la situación actual como una catástrofe es un tanto exagerado”

“No estamos teniendo en cuenta que el año pasado, producto de la sequía, el consumo de carne vacuna en Argentina subió dos kilos y medio por habitante y por año. Para que no se muriera el animal en el campo, el productor lo engordó a corral, anticipó ventas y se faenaron un millón y medio de cabezas más a precios muy bajos”

“Estamos haciendo una comparación con un año de aumento de consumo, en un momento donde la Argentina todavía está sufriendo los efectos de la sequía del año pasado. Tuvimos 750.000 terneros menos, porque las vacas mal alimentadas no se preñaron, y hubo liquidación de vientres: se faenaron más vacas que las que logran mantener el stock estable”

“Vamos a tener un 2025 de escasa producción”

“Afortunadamente, este gobierno eliminó las restricciones y las exportaciones aumentaron casi un 15%, es lo que mantiene el precio de la carne en los niveles actuales. Si no, el precio se habría desplomado por la falta de compradores”

“La gente consume en función de su poder adquisitivo. Con el valor promedio de la carne vacuna uno puede comprar 3 kilos de pollo o 2 kilos de cerdo, y cuando el bolsillo está muy flaco, siempre cae el consumo del producto más caro”

“Los impuestos en el sector cárnico vacuno llegan al 42%”

“Aquellos que tienen un ingreso mínimo están pagando el 20% de sus ingresos como impuestos indirectos”

“Sobre fin de año, cuando no haya animales en buenas condiciones de terminación, podría ser posible un aumento de precios. Esto se produce generalmente a fin de año, porque se acaba el ternero que viene vendiéndose desde marzo y hay menos animales en los corrales”

“Si hace cosas parecidas a las que hizo Brasil, Argentina puede volver a ser un gran productor y exportador de carne”