“Me causaba gracia Florencia Peña cuando le preguntaban. La va a acompañar este tema toda la vida, y está como resignada. En forma permanente hay problemas de este tipo, y de acoso. Después gente que pone cámaras ocultas en el trabajo, detrás del despacho de la empleada. Se ha perdido completamente la privacidad. Uno está en presencia de cuestiones que tienen que ver con un cambio de paradigma social. La venta en la calle de este tipo de videos es jurisdicción de la justicia contravencional de la Ciudad. Hay una división especial que se dedica a delitos informáticos. Toda esto es una movida que ningún abogado lo hace por menos de $100.000. Esto lo tendría que hacer el Estado solo. “