“Este es un violador disfrazado, en este caso, de psicólogo. La esencia perturbadora de esta persona es quitarle la libertad sexual a una mujer por medios coercitivos. El que viola no es la profesión que tiene sino el ser en estado primitivo, muy cercano al animal. No es peyorativo esto sino analítico. Se repiten patrones ancestrales. Se trata de un perverso por un lado, y de un psicópata por otro. Ese uso del poder y ver a la mujer sometida a veces es más importante que la satisfacción sexual en sí. El violador serial no se recupera. El violador es un fracaso en la seducción normal de una mujer. Una cosa es el acto en sí, pero más importante para el psicópata es la forma. El psicópata tiene una manera de hacer que deja impresa en el acto en sí.”