Imagina que de repente te topas con un huevo gigante flotando en la orilla de un lago. Te preguntas si aquel artefacto es una nave espacial, una embarcación, una rara piedra o una instalación artística; entonces te acercas y descubres que aquella en realidad es una casa de madera.
El artista británico Stephen Turner se construyó este huevo gigante para vivir en su interior. Esta casa, por más rara e incómoda que parezca, es autosuficiente y tiene todo lo que una persona necesita para sobrevivir.
El nombre de esta rara creación es Exmoor Egg (por aquello de que se encuentra instalada en esa región inglesa). Debido a que flota en el agua, esta casa tuvo que ser registrada como embarcación. Su costo fue mayor a los 64 mil dólares y su construcción se llevó medio año. Primero se elaboró la mitad inferior y después la superior.
La idea de Turner es pasar 12 meses en esta casa, de hecho este artista acostumbra a pasar largos periodos en lugares extraños o fuera de lo común para observar la relación entre los sitios artificiales y naturales.
Usualmente, cuando alguien vive en una casa demasiado pequeña se le dice “tu casa es un huevito”. Pues bien, en este caso la expresión sería correcta.