“Todo comenzó como siempre, una amiga que te dice “che bajate el Tinder está buenísimo, te morís de la risa” y lo tomamos como un tema de diversión”.
“Algunos se zarpan un poco. Cosas que decís: para flaco, recién hablamos y nos conocemos y ya me querés invitar a tu casa. Yo no estoy desesperada como para ir a tu casa”.
“El otro me tiró fiesta con el hermano. O sea, no. Entonces elimina la aplicación del celular, pero vos tenés que darte de baja porque si no seguís existiendo. Me lo volví a bajar para cerrarlo. Cuando lo chequeo, lo conocí a Lean. Que en realidad me llamó la atención porque tenía fotos con el perro dándole un beso. Después vi sus tatuajes. Y después que tiene 28 y yo 30, así que la edad bastante bien. Hace casi 6 meses que estamos saliendo”.