“Yo vergüenza no tengo. Sufro desde hace dos años una violencia que no es física pero sí desde el lado de quitarte la posibilidad de ver a tu hijo, escenas de falsas denuncias. Está todo armado. A partir de que se divulgó la violencia de género se cree que la mujer siempre es la víctima y no hay otra alternativa. Siempre te ven como el agresor, arrancás desde ahí”.
“Tenés que empezar a remontar y hacerle entender a la justicia que en este caso es al revés y que vos sos el perjudicado”.
“Mi situación arrancó bien. Acordamos separarnos. Arrancás 20 pasos atrás cuando tu mujer es abogada. En agosto de 2013 firmamos ante un juzgado que ella se retiraba de mi casa en diciembre del mismo año. La situación se estaba enrareciendo y me fui yo, no esperé hasta diciembre. Un día entré a casa y encontré toda mi ropa rota. En septiembre me fui y ella se quedó en mi casa con mi hijo. En diciembre ella me dice si se puede quedar unos días más y le dije que sí. El 16, la fecha que acordamos que yo podía volver a casa, ingreso a mi casa, estaba en orden. El 19 ella va a otro juzgado y dice que yo dejé a ella y a su hijo en la calle y necesitaba un hogar. La justicia tardó 25 segundos para que yo me retire de mi casa. Ella acusaba que yo los había echado de la casa y los había dejado en la casa”.
“Si te vienen a hacer una denuncia, mínimo corroborás el apellido de la persona que denuncia. Ahí hubiera saltado el antecedente del caso”.
“Hice la denuncia, me restituyen la casa pero no pude ver más a mi hijo”.
“Estuve detenido”.