“Venía de una familia humilde y vivía en condiciones precarias. Soy hijo de madre soltera, empleada pública”.

“De chico me mandaron a una escuela privada y había una diferencia terrible con los chicos que había ahí. Quería ser como ellos, tener sus juguetes”.

“A los 11 años trabajaba, no está bien pero eso me permitía tener mis cosas, trabajaba en un taller metalúrgico. Tuve distintos trabajos, luego estudié. No pude terminar la secundaria, se privilegiaba el trabajo”.

“Estudié licenciatura en Comercialización y después me especialice en distintos posgrados, y tengo dos maestrías. Siempre me gustaron los números, mi aspiración era entrar a trabajar en el mercado de valores y logré hacerlo. Trabajé en un banco y eso hacía que los números sean el fuerte. Amo las matemáticas, siempre fui un ignorante y eso me daba más fuerzas para estudiar y trabajar sobre esos aspectos”.

“Hay que tratar de identificar lo que te hace feliz porque la vida es una sola. Cambiar de trabajo no es simple, allá afuera es una jungla pero no es imposible. Cualquiera puede hacer lo que quiera con convicción. Si estás incomodo y tenés la posibilidad de cambiar, hacelo”.

“Está bueno ir por el sueño y la felicidad personas pero hay que ver a quien arrastro conmigo. Estoy en contra de dejar algo e ir por el sueño porque la realidad de nuestro país es muy compleja. Uno no puede ser un infeliz toda su vida por el miedo a hacer. Tenés que ir a buscarlo”.

“Hay que definir el propósito, hacer foco, nunca dejar de capacitarse, desarrollar las relaciones y nunca dejar de entrenar”.