"Estuve 25 años sin hablar de Malvinas. Es un hecho muy traumático y lo fui contando de a poquito"
"Yo me encontraba en la zona cercana de donde está el cementerio argentino en las Islas. Estaba integrado a la Batería de Artillería Antiaérea de la novena brigada aérea, en Comodoro Rivadavia, éramos 6 cañones que cuidábamos la pista de césped para que despeguen los aviones"
"Para nosotros, estos cañones no se habían usado nunca. Eran importantes, pero no estábamos preparados para usarlos. A mí me prepararon en dos clases con un pizarrón"
"Aprendimos a usar los cañones en pleno combate. Me tocó el 25 de mayo, en una de las pasadas que hacían Harrier, que hacían un desastre"
"En la tercera pasada de los Harrier, uno se escapa y justo era el avión que apuntaba. Le disparé y se fue humeando y se incendió. 30 años después me enteré que el piloto sobrevivió"
"Fue un momento difícil, era el fin de la guerra para nosotros, los británicos estaban muy cerca"
"Al dispararles con el cañón pudimos frenar el ataque de ellos, que después nos volvió y fue un momento terrorífico. Ahí voló el cañón, me arrastré 2 kilómetros por el pasto hasta el pueblo, mientras los ingleses me seguían tirando"
"Cuando íbamos avanzando, veíamos que fue cambiando el ángulo de los tiros. Resultó que nos estaban tirando las fuerzas argentinas pensando que éramos ingleses"
"Visualmente era algo hermoso ver las balas en la oscuridad. Se veía un cielo negro lleno de colores, pero cada color transportaba muerte. Te impacta que en tanta belleza había tanta muerte"
"El 29 de mayo, los de Fuerza Aérea fuimos a rendirnos primero. Teníamos que ir con un arma en una mano y un cargador en otra"
"En ese momento, un suboficial pidió permiso para cantar el himno. Fue un momento increíble, cantamos el himno argentino antes de pasar a ser prisioneros de guerra e izaban la bandera británica"
"Nos encerraron en un corral como corderitos. Estuvimos una semana ahí. Después nos trasladaron hasta San Carlos, a un campo de concentración que le decíamos 'El chiquero'"
"Nos pudimos refugiar en unas cámaras frigoríficas, donde habían dos bombas argentinas sin detonar incrustadas en el techo. Luego pasaron aviones argentinos a bombardear la fragata, pudiendo detonar las bombas del techo sin saber que estábamos nosotros ahí"
"El 13 de junio nos dejaron en Montevideo. La Cruz Roja Internacional intervino para ver nuestras condiciones. Luego dimos nuestro nombres, pero yo no figuraba en los listados porque yo figuraba como muerto en combate"
"Unos amigos me fueron a buscar y me vieron en el micro cuando volvía a Buenos Aires y le pudieron avisar a mi mamá"
"Pensamos que nos iban a dejar ir a casa pero nos hicieron teníamos que volver a Comodoro Rivadavia para el 20 de junio, para jurar hasta perder la vida"