“En realidad la AFIP ya venía haciendo este control, de hecho te piden nombre y apellido, en algunos comercios, cuando superas la compra de mil pesos. Es más, cuando vas al supermercado y compras por menos de ese monto y pagas con la tarjeta de débito, tenes el reintegro del 5%, por eso se tiene que pedir el corte del ticket cuando se llega a los novecientos. Si vos vas a comprar en los días que no hay descuentos no bajas de los mil doscientos pesos, siempre y cuando en el sentido de una compra de clase media. En cambio, si vas al mercado central con cien pesos te llevas dieciséis kilos de mercadería. Hoy por hoy, con mil quinientos pesos llenas el changuito. La ventaja que te ofrece hoy el plan de precios cuidados es gigantesca”.
“El control dificulta mucho el proceso comercial, ya que en una compra de mil pesos te estén pidiendo todos los datos cuando los mil de hoy son los quinientos de antes, hace muy lento este proceso. Todo lo que tiene que ver con el control de la AFIP no tiene que ser ningún inconveniente para aquellos que pagamos todos los impuestos. Pero qué lindo sería que el Estado que tenemos aproveche esta solvencia para otras cosas, como por ejemplo para aquellas personas que perciben una asignación familiar no paguen IVA sobre los alimentos. En fin termina pagando el mismo IVA tanto el rico como el pobre. El Estado que te puede mirar cuánto gastas, debería también discriminar, en función de eso, cuánto pagas y así poder destinar los subsidios hacia donde más se necesita. Con respecto a que la inflación se termina a fin de año es un chiste”.