“Un juicio no dura un mes, dura uno, dos o tres días. La duración no pasa por las condiciones de los testigos sino por la cantidad que haya o pruebas. En cuanto a la carga pública, hoy en día si a uno lo convocan como testigo, tiene que concurrir y no hay excusa sino te van a buscar con un patrullero”.
“Estas doce mil personas van a integrar un padrón anual y del cual se van a ir extrayendo los jurados. El setenta u ochenta porciento de las causas terminan por juicio abreviado, o sea que no llegan a juicio. La ley contempla que si una persona fue jurado por tres años no vuelve a serlo nuevamente, es una causal expresa de excusación de jurado. Cada departamento judicial llama a cuarenta y ocho personas, asisten a una audiencia de selección de jurados, donde está el juez, el fiscal y el abogado defensor, interrogan a los potenciales jurados bajo juramento y estos van contestando algunas preguntas. Luego las partes evalúan si el candidato está en condiciones de ser imparcial en el caso. Terminada la audiencia quedarían doce jurados titulares y seis suplentes, que son los que van a tener que estar presentes durante el juicio”.