“La situación sigue complicada, con un balance de más de 200 muertos del lado palestino y un muerto del lado israelí. Hay mucha disparidad entre estos dos lados. Son territorios que no tienen continuidad territorial. Uno puede asemejar esto con las guerras coloniales. Acá hay un Estado que se ocupa desde 1967. Todo lo otro, lo que tiene que ver con vidas humanas, es algo casi cíclico, se dieron en varios años anteriores. No hay una mediación para concretar la paz. El presidente de Israel es una figura simbólica, y quien manda es el primer ministro. Lo más fuerte de todo, fue la visita del Papa a la ciudad de Belén. Cuando el Papa apoyó la mano en el muro, fue un mensaje de: basta de muros. El muro aísla más a los palestinos, y por eso se habla del apartheid”.