Alberto Acosta:
“Fue complicado, difícil. Estuvimos con Damián Manusovich mirándolo, muy nerviosos. Todos pensábamos que iba a ser otra cosa, el equipo había mostrado aplomo y nunca había sentido esa presión. Nacional entró como si jugaran un partido de barrio, de solteros contra casados. Creo que el ambiente fue llevando al jugador a tener esos nervios, pero los partidos hay que jugarlos y ganarlos. Fue lo que todos queríamos, que terminaran los 90 minutos y podamos festejar. Esto es fútbol y por eso lindo. Estuve anoche en el vestuario y todos contaban sus historias, agradecidos con el club. Mercier contó que llegó a San Lorenzo por Diego Maradona, que lo recomendó. Son las cosas lindas que te puede dar el fútbol. Lo de Romagnoli es algo único, es un gran ídolo del club. Me decía que arrancó conmigo, cuando levantamos la Sudamericana y me dijo que era mía también esta copa”.
Héctor Scotta:
“Una alegría muy grande, después de tantos años que se estuvo buscando este trofeo. Me abrazaba con mi hijo, mi nieto y llorábamos entre todos. No tuve la suerte de jugar la Libertadores porque cuando la teníamos que jugar, me fracturé la pierna y me quedé afuera. Anoche estábamos todos, veía a muchos ex jugadores en la platea. Es una alegría para todos. Quiero felicitar a todos los jugadores y sobre todo a Bauza, que siempre fue al frente. Ayer no me gustó nada el equipo, en el primer tiempo se jugó muy mal. No sé si estaban asustados, pero siempre cuesta. El único que podría decir que tenía algo de Scotta es Piatti, que lamentablemente ayer no pudo estar”.