“Es una enfermedad que compromete a las motoneuronas, que se degeneran. Hay dos tipos: una forma que se llama bulbar, donde se pierde la habilidad de hablar, y la otra es espinal, que dificulta la capacidad de caminar. Es muy subjetivo de cada paciente. Es una enfermedad que tarde o temprano te mata. La ELA no tiene cura. No sé si habrá una cura, quizás exista una droga que te permita vivir, con la enfermedad, pero controlada. Hay que mirar caso por caso. Todavía nos falta saber mucho de la enfermedad para pensar en una cura. Mientras que esto no quede en una cosa banal del hielo y la cubeta, nos sirve mucho, con el dinero y con la imagen que salió en todos lados”.