“Tengo gas pimienta en toda la cara. Iba a ser un corte dejando carriles y la gendarmería actuó de repente, sin previo aviso, y nos agredieron. Estábamos reclamando en contra de la empresa buitre norteamericana y la patota sindical de Pignanelli”.
“Ahora estoy con los ojos tapados, me están haciendo curaciones. No sé cómo continuar la protesta, es una barbaridad. En vez de defender a los trabajadores, el Gobierno manda a la gendarmería para bancar a la empresa”.
“El Ministerio de Trabajo ha recibido a los delegados de Lear pero Pignanelli le niega la entrada a sus puestos de trabajo, solo porque los mismos delegados estaban en contra de la conducción de Pignanelli. Ya lo vivimos con el gendarme carancho”.
“Ni siquiera nos avisaron con megáfono, vinieron directamente y me tiraron gas pimienta en la casa. También agredieron a los medios, para que no filmaran lo que estaba pasando. En vez de reprimirnos, el Gobierno debería hacer que los trabajadores vuelvan a sus puestos”.