La foto de Sofía Gala me pareció brillante, lejos de ser polémica. La justicia de este país tiene una deuda muy grande con las mujeres. Que el aborto siga siendo clandestino genera no menos intento de suspender el embarazo sino que genera muertes. Ese gesto de valentía debería ser copiado por dirigentes políticos. Lo que planteamos es que hasta la semana 12 se pueda hacer interrupciones del embarazo, según se prefiera por el simple deseo. Planteamos educación sexual, anticonceptivos para no llegar al embarazo. En Argentina hay 500 mil abortos por año. Lo que va a cambiar con la legalización es prevenir muertes de mujeres pobres, que no tienen mil dólares para pagar una clínica privada. Hotton hace una analogía bastante amañada. ¿Quién decide que interrumpir un embarazo está mal? ¿La Iglesia? Lo que plantean quienes están en contra es que la concepción empieza en el momento en que el espermatozoide se junta con el óvulo, independientemente del lugar en que ocurra. Falta que parte de la dirigencia política tenga menos hipocresía. La única lucha que se pierde es la que se abandona. Estoy absolutamente de acuerdo con el padre Molina. Esto no significa hacer apología del consumo de estupefacientes. El Estado debe brindar los elementos necesarios para combatir y ganarle al narcotráfico. El problema que tenemos con los chicos humildes es que hay que atenderlos en la salud pública. En Argentina abrís la boca y la droga te cae del cielo.