“La inflación se volvió más importante y está comiendo ese poder adquisitivo. Lo que decimos desde la industria textil es que hay que tratar de proteger la industria, los puestos de trabajo. Tenemos que tratar de instaurar esa lógica de inversión, consumo, mayor empleo, mayor consumo interno y generar mayor inversión”.
“En el 2013, el 50% de lo que se consumió en la Argentina ingresó al país como importado. Cada habitante gasta 12,5 kilos de ropa, en promedio. Da un total de 500 mil toneladas. La industria nacional tiene la oportunidad de seguir creciendo y generando más trabajo. Cuando el consumo cae, a raíz de problemas económicos globales, genera mayor incertidumbre, lo que lleva a menos consumo”.