“En un año y medio logramos reducir considerablemente la cantidad de basura. La Ciudad recoge seis mil kilos de basura por día. El relleno sanitario de Ceamse es el tercero más grande del mundo: entran 14 mil toneladas por día. La descomposición de la basura genera gases, que le hace mal al medioambiente”.

“Por eso, empezamos con la política de separación. La basura es recogida por los camiones. Estamos tratando de que luzca mejor. Todo el sistema de volquete, es lo que va a la planta de la ciudad de Buenos Aires”.

“Reconocemos que tenemos problemas, pero los números son muy alentadores. En un concurso de colegios, el que juntaba mayor cantidad de residuos reciclables, se ganaban un viaje de estudios a Cataratas. Una ciudad como Lille, la tercera más grande de Francia, demoró diez años en formación y capacitación de la gente para tener resultados”.

“Papel, plástico y vidrio van al verde. La idea es que cualquier envase que tenga líquido es que no manche al resto. Eso es lo básico. En el negro va todo lo que es productos húmedos, lo que son restos de comida, cajas de pizza usada, frutas”.

“El reciclado es lo que le da volumen a la basura, pero al mismo tiempo no genera olor. A veces la bolista es mejor porque es más maleable. En los 32 puntos verdes, en octubre llevamos 60 toneladas de productos verdes. La participación de la gente es impresionante”.

“El tema de la basura lo hacemos mecánicamente, no nos preguntamos qué se hace con eso. Es una decisión política, que implica tener una inversión. Entendemos que de a poco, esa inversión va a llevarnos a buenos caminos”.

“De las 4 mil toneladas de productos húmedos que se recogen, los cartoneros se llevan 500 mil. No es lo mismo vender el cartón suelto que enfardado. Es importante el tema del horario y que el cartonero debe tener relación con el encargado o el portero del edificio”.